Ya casi parece irreal cuando, años atrás, nos emocionábamos hasta las lagrimas de sólo encontrar algo de anime en un negocio, un videoclub, o en alguno de esos locales de ventas de cosas curiosas, a precios descomunales claro. Si pasaban algo en la televisión era obligatorio grabarlo porque no se sabía cuando podían llegar a repetirlo (si es que lo hacían). No importaba si primero daban el episodio 50, después el 23 y al día siguiente dejaban de darlo, lo importante pasaba más que nada por “tener algo” de eso que tanto nos fascinaba. Los responsables de la programación de los canales de aire miraban al anime con absoluto desprecio, como a un dibujo anima más que tan solo servía para cubrir un hueco, mientras que para nosotros era oro en imágenes, nada menos.
El tiempo siguió su curso y nos terminó dando la razón: el anime iba a romper todos los records de audiencia, iba a formar clubs, iban a aparecer en los cines, en canales exclusivos de animación japonesa, habría manga de todos los tamaños y colores, maquetas, posters, CD´s, series limitadas y hasta calzones con alguna imagen de nuestro personaje. Y los jefes de programación de TV se sacarían los ojos por conseguir en sus respectivos canales algún anime de respeto.
Dragon Ball, Saint Seiya, Yuyu Hakuso, Pokemon, Inuyasha, etc…… todos exitazos que volvieron a serlo aquí en México y en todo el resto del continente. Y como olvidar a los fansubs, que de manera desinteresada nos hacen llegar a nuestras oficinas o casas lo último de lo último en anime y el manga, todo gracias a esa divinidad que cambió por completo nuestras vidas. INTERNET.
Ahora la realidad que nos rodea parece ficción. En otro momento la única manera de conseguir todo lo que tenemos archivado hubiese sido viajado a Japón o gastando fortunas en material que muchos ni siquiera serian capaces de entender.
Lo dicho, ¿estamos pasando por un buen momento dentro del anime y el manga? , hay que aceptar que el panorama luce alentador, con 3 cadenas de televisión de paga que emiten buen anime, manga y comic a madres y juegos buenos para nuestras consolas, estamos viviendo en OTAKULANDIA.
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