No es tan interesante, pero si muy sentimental, comienza la navidad de 1992, santaclaus el 25 de Diciembre deja debajo del árbol de navidad una enorme caja, mi hermano y yo nos preguntábamos que podría ser, la emoción nos invadió y comenzamos a destrozar la envoltura y con mirada atónita y con cara de what, vimos que era un ¿Nintendo Enterteinement Sistem? ¿NES?, mis padres me explicaron que era un aparato llamado Nintendo, que podías conectarlo al televisor y jugar videojuegos, la edad que teníamos mi hermano y yo, eran de 5 y 6 años, no podíamos concebir algo tan complicado para nuestras tiernas mentecillas.
Ese mismo día comenzamos a disfrutar de un mundo alterno a la realidad que demostraba lo divertido que podía ser, jugábamos Mario Bros, un hombre con bigote que corría y crecía con la ingesta de hongos mágicos, el día se me fue como agua, la diversión no paraba hasta el final del día, así nos mantuvimos por lo menos un año con el mismo juego, no nos aburríamos, pero nos preguntábamos que más existía de Mario Bros. Un día como cualquier otro, la llegada de nuestro padre de su trabajo no llamaba la atención de nosotros, pero que con la noticia que nos comunico nos llenamos de regocijo, existían más juegos aparte del de Mario, nos imaginábamos varios juegos, sus temáticas y su forma de jugarlo, pero era poco para lo que encontráramos a la postre, días después fuimos a un pequeño videoclub local, observamos con ojos llorosos y emocionados un estante con varios juegos para nuestro Nintendo que hoy dia son joyas en la historia de los videojuegos: Ninja Gaiden I y II, Tortugas Ninja, Megaman II, etc. De tantos escogimos sólo uno, la renta duraba nada más 3 días, pero los suficientes para divertirnos como enanos.
Nuestras tardes se convirtieron en maratones de juegos, con o sin mi hermano, además de que nuestros vecinos nos visitaban y nosotros a ellos, con el fin de divertirnos con el nuevo entretenimiento llamado Nintendo, además de que este había visitado las casas de los amigos y los primos. Fue así como gracias a ese panzón de pijama roja, nos iniciamos como jugadores empedernidos.
Los años siguientes a nuestras aventuras con el NES fueron muy dispares, con el tiempo íbamos creciendo y nuestras aficiones se fueron modificando, pero nunca dejamos de lado poder practicar videojuegos, mientras nosotros nos divertíamos con el Nintendo, una nueva consola se presentaba en el mercado; era el SuperNintendo, en ese entonces no sabíamos del cambio de generaciones entre consola y consola, no sabíamos que existieran consolas como Genesis, GameGear, etc.
Lo único que nos entretenía era seguir jugando y jugando, algo que nos sorprendió por ahí de los años de 1996 o 1997 fue el lanzamiento del mejor videojuego de la historia (según yo), me refiero a Super Mario Bros. 3, simplemente lo mejor del momento y el incondicional para nosotros, era desafiante, entretenido, divertido, con música pegajosa y colores vibrantes, lo mejor de la historia; las tardes eran eternas, avanzábamos nivel tras nivel, pero no se que pasaba, no podíamos terminarlo, siempre llegábamos a los últimos niveles pero lo más difícil era terminarlo.
Muchos lo que hubieran hecho era olvidarlo y seguir jugando otra cosa, pero nuestra persistencia y pericia dio frutos, por fin dábamos fin a las aventuras de Mario en este juego, fue mucha la alegría que todo el día era hablar de nuestra proeza con nuestros primos, amigos y nuestros padres, el gusto no se acabo ese mismo día, esta satisfacción a durado a través de todos estos 14 años desde que resolvimos nuestro paradigma llamado Super Mario Bros. 3, a partir de ese momento tomé la decisión de dedicar mi infancia y mis tardes para divertirme con la consola que más juegos a tenido y vendido, aunque ya no existan más de ellas, soy el afortunado poseedor de una y del mismo juego, a mi mente llegan esos recuerdos de aquella proeza.
Los noventas no serian los mismos sin la inclusión de los videojuegos dentro de la cultura popular. Aquí no termina mi historia, pero a partir de estos momentos, los videojuegos se convirtieron en un pasaje negro para para mi.
A la edad de 10 años, la primaria terminaba y la posibilidad de jugar videojuegos también, me había perdido en el limbo de la desolación, no sabia nada de Mario y sus compañeros de incontables batallas, aun tenia en mente las proezas realizadas en el NES y SuperNES, pensaba que era lo único existente de los videojuegos.
La secundaria llegó, la edad de la punzada y las pendejadas incontables que pasabas con tus cuates y el primer noviazgo formal, también se hacían presentes, aun así me encontraba desconectado de la realidad; aun seguía practicando en casa con consolas aunque viejitas daban bate y me divertían, también usaba las arcadias (o maquinitas, para los ignorantos), ya fueran de shooter o peleas.
Casi para salir de la “secu” un amigo me invitaba a jugar PlayStation, yo con cara de tonto le pregunte, ¿Qué es eso?, me contesto que era una de las mejores consolas de videojuegos del momento, yo entre mi dije, este wey está bien pendejo, aunque no me iba a quedar con la duda, así que decidí aceptar la invitación,.
Al ver lo que estaba jugando no lo podía creer, era un juego de terror llamado Resident Evil 2, sus gráficos eran diferentes a los sprites pixeleados del Nintendo, tomé el control de la consola y fue cuando escuche como mi cuerpo se reinició de su letargo videojugador, esa tarde me divertí como mucho tiempo no lo hacía, había regresado el gusto por lo videojuegos, aunque yo fuera fan de Nintendo, era el momento de conocer otros caminos, como cuando dejas una novia y conoces a otra mejor a la anterior, eso fue para mi el conocer el Play como le llamábamos en ese entonces.
A partir de ese día de 1999, refrendé mi titulo como hardcore gamer, a partir de ese entonces conocí el fantástico mundo de los videojuegos, me inmiscuía en la historia , en las diferentes formas de terminar un juego, saber más de los personajes, etc. Ser un verdadero gamer.
Damos un salto a la preparatoria, una etapa en la que te diviertes, de relajas y haces cuanto desmadre puedes, pero que en tu interior vas pensando en tomar una decisión para tu futuro, eliges la mejor opción en alguna universidad y las relaciones sentimentales están a tope, con emociones más reales y más sinceras.
Bueno, dejémonos de cursilerías y vamos a lo que nos atañe, la prepa fue un collage de aficiones, se entrelazaban el skateboarding, el nü-metal, el anime y los videojuegos; lo último fue lo que más me apasionó, quería saber más y más de este tema, el cual estaba abarcando aspectos sociales más marcados para todos, la televisión y los celulares, así como las computadoras.
El año 2000 fue de los mejores, el inicio del nuevo siglo nos deparaban grandes cosas, El Dreamcast de Sega seguía vendiendo, el PS2 ganaba más terreno a pesar de su alto precio, y hacían su aparición el Game Cube y el Xbox.
Entre las idas con los cuates para las retas y las constantes compras de revistas especializadas sobre el tema, las conversaciones con amigos y compañeros de la escuela no eran muy adoc con lo que yo practicaba, muchos decían el irnos a chupar unas cervezas, otros el irnos de pinta, varios acompañábamos a las chavas, pero nunca alguien platicó conmigo sobre videojuegos, pensaba que por ser un tema de moda varios entenderían mi afición por los videojuegos, pero no sucedió así, fui relegado y apartado de algunas conversaciones pero no era impedimento poder platicar sobre “telenovelas, chavas y las aventuras del fin de semana”.
Esto me dio a entender que el ser gamer no es cualquier cosa, es una forma de vivir, de experimentar nuevas emociones, librar grandes aventuras y por más ser tu mismo sin que nadie te discrimine por algo que a ellos no les parece, los videojuegos a parte de ser un entretenimiento es una forma distinta de ver el mundo.
Aunque fue un poco frustrante estos años, pude divertirme con grandes juegos como Mario 64, Metal Gear 1 y 2, Conocí el inicio de Microsoft en la carrera por ser el mejor en los videojuegos y que junto a su juego insignia Halo, me pude dar cuenta que los juegos son algo más complejo que como lo consideramos, también pude divertirme como enano con juegos de PC como Thief, Age of Empires, etc., etc., etc.
Actualmente soy profesor de una escuela secundaria, es jocoso como me pongo a platicar de juegos con mis mismos alumnos, les pido concejos o les digo que juego comprar, asi también hasta llegamos a intercambiar algunos entre alumno y profesor, es chido la neta. Con mi empleo ya porfin me pude pagar mi primera consola, un XBOX 360 aunque me lo compre para mi, mis bros. Y yo pues le damos duro a la consola. Mi vida como gamer no acaba aquí, ésta no terminará hasta el día que me muera, y si muero que más que jugando el mejor videojuego de todos los tiempos Super Mario Bros. 3, larga vida a los videojuegos.
THE END
