jueves, 5 de agosto de 2010

los mandamientos de una convencion de comics


1. Viaja preparado

No importa que esté dentro de tu ciudad o tengas que ir a otra tierra lejana, siempre viaja preparado. Lo primero (y elemental) es el dinero. Calcula el presupuesto que tienes para invertir en productos, y aparta un poco para los gastos fijos. Procura no quedarte con una perfecta réplica de una espada láser, pero sin boleto para el bus de regreso. Recuerda también que debes comer. Sí, suena tonto, pero a veces uno termina pasando hambre porque se ha gastado los centavos en cualquier otra cosa. Otro punto importante es que consideres el volumen de las cosas que vas a adquirir. Si sólo piensas curiosear y comprar alguna pequeñez, no te preocupes, pero si quieres esa figura de acción de edición limitada de Depredador que tanto quieres, te convendría llevar una mochila.

2. Objetivo en mente

Los grandes compradores saben a lo que van. Alguna vez fui por unos ejemplares retrasados de Planet Hulk y compré de todo… menos los cómics. Así que si tienes decidido adquirir un producto determinado, enfílate primero a ese local. Una vez que la compra está segura, ya nada te detiene para buscar otros objetos que te llamen la atención. Una jerarquía ayuda mucho para no terminar con un palmo de narices.

3. Balance de compras

Sobre todo en las convenciones grandes, los clientes son depredadores. A veces uno va caminando por los locales, y de pronto se encuentra con esa réplica perfecta de la Espada del Augurio que tanto habías anhelado. “La compro después”, te dices, y cuando vuelves ya no está. El secreto también está en la oportunidad. Si de pronto ves algo que te llama la atención, evalúa la situación. Si es un producto limitado, y existe la posibilidad de que alguien se lo lleve pronto, ¡actúa rápido! Si hay como diez mil copias en existencia quizá puedas regresar más tarde sin que tu compra peligre.

4. Participa en las actividades

Las convenciones de cómics tiene todo tipo de actividades: partidas de rol, concursos de videojuegos, karaokes de temas de anime (créetelo, son muy populares), entre otras. Anímate a participar. Sé que al principio parece raro, pero interactuar es importante. Después de todo, si están ahí, es porque comparten algún interés en común contigo. Muy importante: ¡no te enganches demasiado! He visto gente que se ha perdido todo un día de convención armando personajes para una partida que no se jugará (por falta de tiempo); u otros que terminan casi liándose a golpes discutiendo si un hechizo instantáneo de Magic hace tal o cual cosa. Venga, no hay que perder nunca el espíritu ligero.

5. Talleres, conferencias y proyecciones: ¡éntrale!

Otra gran ventaja de las convenciones grandes son los talleres, las conferencias, las proyecciones, y demás charlas. Un taller puede entretenerte un rato y aprender algo nuevo (¡mira mamá, ya sé dibujar un Gokú!). Las proyecciones suelen traer filmes muy interesentes que son rarísimos de conseguir, y las conferencias también son interesantes para conocer a dibujantes, animadores, guionistas o actores. Revisa el programa y no te pierdas una o dos. Una sugerencia: si estás en México y hay alguna charla con dobladores de voz, ¡ve sin pensarlo! Te divertirás mucho.

6. Cosplay, bajo tu propio riesgo

¡Oh, el cosplay! Quizá parte de la mala fama que se han ganado las convenciones de cómics se debe a esta práctica de disfrazarte como tu personaje favorito. No tengo nada en contra, pero si lo vas a hacer, que sea bajo tu propio riesgo. Lo mismo puedes admirar un traje tipo Saint SeiyaFaye Valentine, que ver la figura abotargada de un cuarentón que se cree Sailor Moon. Si le entras al cosplay, elige un traje cómodo, práctico, y sencillo. No te gustará cargar unos kilos de cartón cayéndose a trozos por toda la convención. Otro consejo: si vas a tomarles foto, pregúntales antes. Hay algunos muy susceptibles. muy bien hecho o una caracterización impecable de

7. ¡Diviértete!

Al final, divertirse es la máxima de una convención de cómics. Si alguien te mira como bicharajo raro, muy su problema. Y si nunca has ido, anímate por lo menos una vez. Estoy seguro que, cuando menos, te irás con alguna serie de TV que viste en tu infancia bajo el brazo, con un cómic nuevo que te llamó la atención, y lo más importante, con un buen momento con los amigos.

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